El Barón Pierre de
Coubertin (1 de enero de 1863 - 2 de septiembre de 1937), nacido Pierre de
Frédy, fue un pedagogo francés e historiador pero es
mundialmente famoso por ser el fundador de los Juegos Olímpicos modernos.
Biografía
Nació en París (1 de enero de 1863). Muere en Genève (2 de
setiembre de 1937)
Su padre quería que fuera militar, pero su temperamento
sensible, chocó con la dura disciplina de la Academia Militar de Saint-Cyr. Colgó las
armas de improviso, para dedicarse a la pedagogía,
donde se siente realizado por sus ideales.
Marcha a Inglaterra a perfeccionar sus estudios, donde
conoce la singular doctrina del Cristianismo muscular, que
trataba de la búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la
higiene. Uno de los más destacados seguidores de esta ideología era el pastor
anglicano Thomas Arnold.
Pierre se convierte en su discípulo.
Comienza a divulgar estos métodos por toda Francia: Crea
sociedades atléticas en los institutos que se asocian en la Unión de los Deportes Atléticos (Union des Sports Athletiques). Funda
la primera revista dedicada al deporte: la Revue
Athletique, logrando que el gobierno francés acceda a incluirla en sus
programas de la Exposición Universal de 1889.
El ministro de educación le envía a los Estados
Unidos para que
continúe su investigación sobre los métodos de enseñanza. El deporte comenzó a
ser tomado en serio. De ser practicado por minorías o en el colegio, pasa a
estar de moda y despertar entusiasmo.
Barón Pierre de
Coubertin, (1915).
Pierre comienza a soñar con unir en una extraordinaria
competición a los deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la
hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria,
competir por competir, como dice la frase de Ethelbert Talbot “Lo importante no
es vencer, sino participar”, frase mal atribuida a Pierre de Coubertain. La
idea de Coubertin parecía insensata y chocó con mucha incomprensión.
Intentando convencer a todos, viajó por todo el mundo
hablando de paz, comprensión entre los hombres y de unión, mezclándolo todo con
la palabra Deporte. Al
fin, en la última sesión del Congreso Internacional de Educación Física que se
celebró en la Sorbona de París,
el 26 de junio de 1894, se decide instituir
los Juegos Olímpicos.
En Inglaterra,
esta idea no es bien recibida y la opinión pública decide quedar al margen. Alemania reaccionó intentando boicotear los
juegos. Grecia se opone, y su jefe de gobierno,
Tricoupis, quiso impedir su realización, pues aquel
lío salía muy caro a su país.
Coubertin consiguió que el príncipe heredero de Grecia, el Duque de Esparta intercediera ante el káiser Guillermo, emperador de Alemania cuñado
suyo, convenciendo a los ingleses y a su propio Gobierno. El príncipe consigue
que se emita una serie de sellos conmemorativos para conseguir el dinero para
los juegos. Además crea una suscripción pública con tan buenos resultados que
consigue que Jorge Averof,
un rico de Alejandría,
corra con los gastos de la reconstrucción del estadio de Atenas.
El 24 de marzo de 1896, día de Pascua de Resurrección, el Duque de Esparta, tras un discurso,
descubre la estatua del mecenas Jorge Averof.
El rey Jorge de
Grecia pronuncia por
primera vez las palabras rituales:
LEMA ---> LO ESENCIAL EN LA VIDA NO ES VENCER, SINO
LUCHAR BIEN
Este modesto principio sería el origen del movimiento olímpico
moderno. Los Juegos Olímpicos se han celebrado, con las excepciones de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial, durante todo el
siglo XX y principios del XXI, convirtiéndose en uno de los acontecimientos más
populares del planeta.
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